Sí, me gustaría escuchar tu día,
pero… ¿para qué? estoy tan casado y no quiero que ese sea un motivo para que
parezcamos personas felices y con cosas de las cuales charlar. Mi semana estuvo
para el orto, triste, desesperado, solo algunos momentos entretenidos, ¿sabes qué?
para nada interesante.
No te extrañe pero pensé en
verte. No sé qué quiero contigo, pero le soy fiel a mi impulso, tampoco se
decir no… quizás aprenda contigo y tu o vos quien sea que hable.
No, no me interesas para nada,
puedo ofenderte me dan ganas, pero se me pasan… estoy confundido y no sé muy
bien lo que quiero. Me entiendes… te soy sincero, abro el alma, un corazón
dilatado y… ¡¿ahora qué pasa?! odio profundamente el mundo. Quisiera contarte
mis miedos pero no tiene sentido. Quisiera escuchar tu historia pero es
aburrido, ¿que vendría después de eso? , ¿Sabes cuantas historias tristes he
visto? quizá no muchas pero si las suficientes para mí.
Dame tiempo, me cansare, aparecerá
algo mejor ¿estas dispuestas? (si) muchas gracias por entenderme (silencio) así
sos… (Silencio -hermosa) pero no me enamoras, no entiendo porque siento que
falta algo, algo profundo.
Te diste cuenta que tus pausas a veces son más
largas de lo que piensas, imagínate lo largas que son las nuestras y llenamos
nuestros encuentros de vacíos, en los que vos piensas que callados y yo no me
hago cargo.