miércoles, 22 de diciembre de 2010

Me gusta cuando callas

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.
.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Date a Volar


Anda, date a volar, hazte una abeja, en el jardín florecen amapolas,
y el néctar fino colma las corolas; mañana el alma tuya será vieja.
Anda, suelta a volar, hazte paloma, recorre el bosque y picotea granos,
come migajas en distintas manos, la pulpa muerde de fragante poma.

Anda, date a volar, sé golondrina, busca la playa de los soles de oro,
gusta la primavera y su tesoro: la primavera es única y divina.
Mueres de sed: no he de oprimirte tanto. Anda, camina por el mundo, sabe:

dispuesta sobre el mar está tu nave. date a volar hacia el mejor encanto.
Corre, camina más, es poco aquello.
Aún quedan cosas que tu mano anhela, corre, camina, gira, sube y vuela: gústalo todo porque todo es bello.

Echa a volar... mi amor no te detiene, ¡Cómo te entiendo, Bien, cómo te entiendo!
Llore mi vida... el corazón se apene... Date a volar, amor, yo te comprendo.
Callada el alma... el corazón partido, Suelto tus alas... ve... pero te espero.
¿Cómo traerás el corazón, viajero? Tendré piedad de un corazón vencido.

Para que tanta sed bebiendo cures Hay numerosas sendas para tí.
Pero se hace la noche; no te apures. Todas traen a mí...

La cercania de la Nada


Cuando se acercan a la nada
y más aún cuando se enfrentan
el pavoroso linde de tinieblas
los poderosos no consiguen
pasar de contrabando su poder
ni la mochila azul de sus lingotes
ni el chaleco antimuerte
ni el triste semillero de su fobias

pero cuando los pobres de la tierra
se acercan a la nada
los aduaneros nada les confiscan
salvo el hambre
o la sed
o el cuerpo en ruinas

los pobres de la tierra
pasan como si nada
pero tampoco se hagan ilusiones
ya que la nada es nada más que eso
y esa belleza sobrecogedora
que aterra a poderosos e indigentes
a todos los ignora por igual.

A todos, a vosotros


A todos, a vosotros,
los silenciosos seres de la noche
que tomaron mi mano en las tinieblas, a vosotros,
lámparas
de la luz inmortal, líneas de estrella,
pan de las vidas, hermanos secretos,
a todos, a vosotros,
digo: no hay gracias,
nada podrá llenar las copas
de la pureza,
nada puede
contener todo el sol en las banderas
de la primavera invencible,
como vuestras calladas dignidades.
Solamente
pienso
que he sido tal vez digno de tanta
sencillez, de flor tan pura,
que tal vez soy vosotros, eso mismo,
esa miga de tierra, harina y canto,
ese amasijo natural que sabe
de dónde sale y dónde pertenece.
No soy una campana de tan lejos,
ni un cristal enterrado tan profundo
que tú no puedas descifrar, soy sólo
pueblo, puerta escondida, pan oscuro,
y cuando me recibes, te recibes
a ti mismo, a ese huésped
tantas veces golpeado
y tantas veces
renacido.
A todo, a todos,
a cuantos no conozco, a cuantos nunca
oyeron este nombre, a los que viven
a lo largo de nuestros largos ríos,
al pie de los volcanes, a la sombra
sulfúrica del cobre, a pescadores y labriegos,
a indios azules en la orilla
de lagos centelleantes como vidrios,
al zapatero que a esta hora interroga
clavando el cuero con antiguas manos,
a ti, al que sin saberlo me ha esperado,
yo pertenezco y reconozco y canto.