viernes, 25 de febrero de 2011

La tarde trajo a mi mente un cielo de tambores lejanos
Un sonar de caracolas marinas
Y un espectáculo multicolor de una batalla de flores.
Ah, pero tengo los ojos llenos de luna
Y unos árboles que no son míos
Esta no es mi luna
Estás no son mis palmeras
Y esta brisa arisca no es mi brisa
La de mi tierra levanta faldas y polvorín
Mis palmeras cabecean al son del mar.
Hay que triste es la luna lejos del mar
¿Donde se ha de mirar?
Que tristes las palmeras si no escuchan el estruendo estremecedor del mar
Pero... ¿Qué es de mí sin esta luna
Estas palmeras y este mar?
 Tengo una mariposa de alas negras
 Manchadas de sangre
medio limón mortalmente herido por mis deseos
una navaja que no me obedece
un radio que no dice lo que quiero escuchar
un reloj que no marca las horas en que vivo
una tarde lluviosa que no es mía
 unos ojos al borde el llanto
una angustia que no es desencanto
un árbol que quiere volar lejos al ver lo que en esta tierra está pasando
una vara de fuego contra los espantadores y el espanto
un deseo inmenso de despertar
unas ganas de verte chiquilla
sonriendo por nuevos caminos cantando.