domingo, 18 de diciembre de 2011

Mujer de fuego

Les contaré que existe una mujer
que me persigue en cientos de llamas.
Me busca segundo por segundo debajo de su cama,
en el jabón que corre por su cuerpo,
detrás de cada puerta o encima de la luna.
Morena, yo soy libre como una ola,
tengo un corazón repartido entre muchas,
mi lengua envuelta en quizás qué ropas,
mi sangre en tantos cabellos ondulados o
verás mis huesos derretidos en esas sábanas ardiendo.
Mujer de fuego, no me persigas con tu amor de miel,
no me sigas, muchacha, un beso no significa
la eternidad del cuerpo entero junto a tu boca;
un beso es un niño rebelde que arde
en el musical latido de mis labios.
No puedo negar que tu pecho atrae a los planetas;
querida, me deslumbran tus ojos de niña y
tu rostro como un espejo lleno de pecado.
El amor corre de boca en boca y
de mano en mano sobre el hombre y la mujer.
Qué vale tanto acoso a las venas de mi corazón!
Ha llegado el momento de desearte buen viaje y
dejarte tan simple como una gota de lágrima,
Adiós amor, no me sigas pues ya ha desaparecido el poeta
en las rojas cenizas de la mujer de fuego.

Esos amores fugaces

Hay amores que son tan fugaces como pájaros siempre de viaje

peregrinos de un cielo de estío que huyen cuando presienten el frío.

Y antes que nos despierte la aurora dejan nuestra conciencia a solas.

Dicen "te amo", y es cierto que sienten el amor desde el fondo del vientre

y contagian de fuego y tus manos y hacen dulce lo amargo y profano,

no hay temor ni prisión ni pavura sólo un tiempo de inmensa ternura.

Uno quiere ponerle cadenas retener imposibles arenas,

mas, se escurren y van de puntillas por su ropa colgada en las sillas.

Y entreabres los  ojos inerte,los escuchas partir dulcemente

sabes bien que es inútil hablarles, sólo lloras silenciosamente. 



martes, 25 de octubre de 2011

Milonga Del Fusilado


No me pregunten quien soy y si me habían conocido los sueños que había querido crecerán aunque no estoy ya no vivo pero voy en lo que andaba soñando y otros que siguen peleando harán nacer otras rosas en el nombre de esas cosas todos me estarán nombrando.

No me recuerden la cara que fue mi cara de guerra mientras que hubiera en mi tierra necesidad de que odiara en el cielo que ya aclara sabrán como era mi frente me oyó reír poca gente pero mi risa ignorada la hallarán en la alborada el día que se presiente

No me pregunten la edad tengo los años de todos yo elegí entre muchos modos ser más viejo que mi edad, y mis años de verdad son los tiros que he tirado nazco en cada fusilado y aunque el cuerpo se me muera tendré la edad verdadera del niño que he liberado.
 
Mi tumba no anden buscando  porque no la encontrarán mis manos son las que van en otras manos tirando, mi voz la que está gritando mi sueño el que sigue entero y sepan que sólo muero si ustedes van aflojando porque el que murió peleando vive en cada compañero.

miércoles, 31 de agosto de 2011

no hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo...



"...El capitalismo foráneo, el capitalismo foráneo y sus sirvientes oligárquicos y entreguistas han podido comprobar, que no hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo que tiene conciencia de sus derechos. Una vez más, mis queridos descamisados, uniéndonos al líder y conductor, reafirmamos que en la vida argentina ya no hay lugar para el colonialismo económico, para la injusticia social, ni para los traficantes de nuestra soberanía y nuestro porvenir..."

miércoles, 17 de agosto de 2011

Cerezas

                                  
 
esa mujer que ahora mismito se parece a santa teresa
en el revés de un éxtasis/hace dos o tres besos fue
mar absorto en el colibrí que vuela por su ojo izquierdo
cuando le dan de amar/

y un beso antes todavía/
pisaba el mundo corrigiendo la noche
con un pretexto cualquiera/en realidad es una nube
a caballo de una mujer/un corazón

que avanza en elefante cuando tocan
el himno nacional y ella
rezonga como un bandoneón mojado hasta los huesos
por la llovizna nacional/

esa mujer pide limosna en un crepúsculo de ollas
que lava con furor/con sangre/con olvido/
encenderla es como poner en la vitrola un disco de gardel/
caen calles de fuego de su barrio irrompible

y una mujer y un hombre que caminan atados
al delantal de penas con que se pone a lavar/
igual que mi madre lavando pisos cada día/
para que el día tenga una perla en los pies/

es una perla de rocío/
mamá se levantaba con los ojos llenos de rocío/
le crecían cerezas en los ojos y cada noche los besaba el rocío/
en la mitad de la noche me despertaba el ruido de sus cerezas
creciendo/

el olor de sus ojos me abrigaba en la pieza/
siempre le vi ramitas verdes en las manos con que fregaba el día/
limpiaba suciedades del mundo/
lavaba el piso del sur/

volviendo a esa mujer/en sus hojas más altas se posan
los horizontes que miré mañana/
los pajaritos rotos de ayer/
yo mismo con su nombre en mis labios.

martes, 12 de julio de 2011

Los nadie


Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pié derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

Teologia/3


Fe de erratas: donde el Antiguo Testamento dice lo que dice, debe decir lo que quizá me ha confesado su principal protagonista:
Lástima que Adán fuera tan bruto. Lástima que Eva fuera tan sorda. Y lástima que yo no supe hacerme entender.
Adán y Eva eran los primeros seres humanos que de mi mano nacían, y reconozco que tenían ciertos defectos de estructura, armado y terminación. Ellos no estaban preparados para escuchar, ni para pensar. Y yo... bueno, quizá yo no estaba preparado para hablar. Antes de Adán y Eva, nunca había hablado con nadie. Yo había pronunciado bellas frases, como " Hágase la luz", pero siempre en soledad.
Así que aquella tarde, cuando me encontré con Adán y Eva a la hora de la brisa, no fui muy elocuente. Me faltaba práctica.
Lo primero que sentí fue asombro. Ellos acababan de robar la fruta del árbol prohibido, en el centro del Paraíso.
Adán había puesto cara de general que viene de entregar la espada y Eva miraba al suelo , como contando hormigas. Pero los dos estaban increíblemente jóvenes y bellos y radiantes.
Me sorprendieron. Yo los había hecho; pero yo no sabía que el barro podía ser luminoso.
Después, lo reconozco, sentí envidia. Como nadie puede darme órdenes, ignoro la dignidad de la desobediencia. Tampoco puedo conocer la osadía del amor, que exige dos. En homenaje al principio de autoridad, me aguanté las ganas de felicitarlos por haberse hecho súbitamente sabios en pasiones humanas.
Entonces, vinieron los equívocos. Ellos entendieron caída donde yo hablé de vuelo. Creyeron que un pecado merece castigo si es original. Dije que peca quien desama: entendieron que peca quien ama. Donde anuncié pradera de fiesta, entendieron valle de lágrimas. Dije que el dolor era la sal que deba gustito a la aventura humana: entendieron que yo los estaba condenando al otorgarles la gloria de ser mortales y loquitos. Entendieron todo al revés. Y se lo creyeron.

El mundo


Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia,
pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la
vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
- El mundo es eso – reveló -. Un montón de gente, un mar de
fuegultos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay
dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de
todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del
viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos
fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la
vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y
quien se acerca, se enciende.

martes, 21 de junio de 2011

Monólogo de Laurencia en Fuenteovejuna,


¿Qué hacéis aquí, maricones, hombres sólo en la apariencia, en conversación infame, que no sentís vuestra afrenta? Gallinas, y aun no gallinas, pues ya saben volver éstas los picos contra el milano que sus polluelos le lleva. ¿Qué pastor hay tan cobarde que, con gritos, hondas, piedras, no  libre del lobo vil la ya acometida oveja? Una hormiga, si la quitan el grano que avara encierra, muerde atrevida al contrario. Un mosquito se sustenta de la sangre de un león, y hasta la más torpe abeja acomete vengativa a quien roba sus colmenas. Pues, gallinas, el milano se atreve a las pollas tiernas de vuestro lugar y casas, ¿y no vengáis vuestra ofensa? El lobo bárbaro os roba,
villanos, una cordera delante de vuestros ojos, ¿y le dejáis ir con ella? Volved, hormigas cobardes, por la agostada cosecha del honor que os han quitado de un traidor las insolencias.
Aún menos sois que mosquitos, pues ninguno hay que se atreva á sacar sangre afrentosa
a quien derrama la vuestra. Mas, pues, vuestra cobardía llevar los panales deja, del colmenar de la fama zánganos sois, que no abejas.
No os llaméis hombres, cobardes; ceñid al lado las ruecas, pues no sabéis ceñir armas más que para la apariencia. Si como sabéis guardar las espadas que las vean desnudas contra tiranos guardarais las hijas vuestras, no las violara la injuria; mas si las espadas vuestras son vírgenes, mal podréis defender tantas doncellas. ¡Que a vuestros ojos un hombre haga torpe y loca presa en una frágil mujer, en una vecina vuestra! ¡Que os lleve con ella la honra, y que no tengáis vergüenza de vivir y no vengaros! ¡Que estéis de aquesa manera conversando unos con otros como si en paces o fiestas, contárades las hazañas que emprendistes en la guerra! Diez leguas de Zaragoza vivís, y la gente de ella son espejo de las armas, blasones de la nobleza. ¿Cómo se os pega tan poco, decid, gente aragonesa? ¿Por qué afrentáis vuestra pata afeminados en ella? Si no sois para vengaros,
llamad las mujeres vuestras; pedidlas que os desagravien, quejaos llorosos ante ellas, y mientras se arman valientes y la aguja en lanza truecan, el acero por las galas, las espadas por las ruecas,
quedaos en casa vosotros, hilad, barred, viles hembras; jabonad y haced colada, que aunque la hagáis, yo estoy cierta que no sacaréis las manchas que en vuestra honra el agravio echa, si no es con sangre enemiga que es la más eficaz greda.
¿Calláis? ¿Teméis? ¿No venís? Mas ¿para qué? No os den pena injurias de vuestras hijas,
comprad trompas y muñecas; jugad, niños, que es razón que mientras vive Laurencia ella tomará venganza.
 ¡Vive Dios! Que en vuestra afrenta ha de mudar, gente vil, el traje y naturaleza, por que os enseñe a ser hombres, siéndolo vuestra Laurencia. Bandos hay en Aragón; volviéndome bandolera, no he de dejar hombre a vida. ¡Guárdese de mí mi tierra! Que en vosotros los primeros he de vengar mis ofensas, y vestidos de mujeres sacaros a la vergüenza. El que hombre fuere, mis agravios sienta.

lunes, 30 de mayo de 2011

A MÍ

                                                   Los más oscuros estremecimientos a mí
entre las extremidades de la noche
los abandonos que crepitan
cuanto vino a mí acompañado
por los espejismos del deseo
lo enteramente terso en la penumbra
las crecidas menores ya con luna
aunque el ensueño ulule entre mandíbulas transitorias
las teclas que nos tocan hasta el hueso del grito
los caminos perdidos que se encuentran
bajo el follaje del llanto de la tierra
la esperanza que espera los trámites del trance
por mucho que se apoye en las coyunturas de lo fortuito
a mí a mí la plena íntegra bella a mí hórrida vida





miércoles, 6 de abril de 2011

NOCHE / 1-2-3-4


NO consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados.
 Si pudiera, le diría que se vaya;
pero tengo una mujer atravesada en la garganta.
  
 ARRÁNQUEME, Señora, las ropas y las dudas.
Desnúdeme, desnúdeme.
   
 YO me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.
 
ME desprendo del abrazo, salgo a la calle.
    En el cielo, ya clareando, se dibuja, finita, la luna.
    La luna tiene dos noches de edad.
    Yo, una.

lunes, 28 de marzo de 2011

Zamba para no morir

Romperá la tarde mi voz
Hasta el eco de ayer.
Voy quedándome solo al final,
Muerto de sed, harto de andar.
Pero sigo creciendo en el sol, Vivo.

Era el tiempo viejo la flor,
La madera frutal.
Luego el hacha se puso a golpear,
Verse caer, sólo rodar.
 Pero el árbol reverdecerá, Nuevo.

    Al quemarse en el cielo la luz del día
Me voy.
Con el cuero asombrado me iré,
Ronco al gritar que volveré
Repartido en el aire a cantar, Siempre.

Mi razón no pide piedad,
Se dispone a partir.
No me asusta la muerte ritual,
Sólo dormir, verme borrar.
Una historia me recordará Siempre.

Veo el campo, el fruto, la miel
Y estas ganas de amar.
No me puede el olvido vencer,
Hoy como ayer, siempre llegar.
En el hijo se puede volver Nuevo. 

miércoles, 16 de marzo de 2011

Caminos de espejo


Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.
Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde filoso de la noche.
Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.
Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.
Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona
el viento en el umbral.
Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.
La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.
Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.
Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé.
Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.
Al negro sol del silencio las palabras se doraban.
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola.
Hay alguien aquí que tiembla.
Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo?
Deseaba un silencio perfecto. Por eso hablo.
La noche tiene la forma de un grito de lobo.
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy.
Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.
Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quién me aguardaba no vi otra cosa que a mí misma.
Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.
Flores amarillas constelan un círculo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento. Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo,
He de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.